Esperanza inquebrantable en la oscuridad: un año después del 7 de octubre
por Aaron Abramson, Director Ejecutivo y CEO | 02 de septiembre, 2024
Un israelí en un reciente evento de Jews for Jesus (Judíos para Jesús) en la ciudad de Nueva York me dijo: “No veo cómo la gente puede creer en Dios después del 7 de octubre.” Le respondí que sentí exactamente lo mismo hace 30 años cuando estaba sirviendo con el ejército Israelí. Dos de mis amigos cercanos fueron asesinados, uno fue secuestrado, torturado y asesinado por Hamas. Fue el punto más oscuro de mi vida. Sin embargo, de entre esas tinieblas Dios me alcanzó para darme esperanza que nadie podría quitarme.
La oración nos abre a la esperanza
Luché por entender cómo un Dios bueno y omnipotente podría estar trabajando en un mundo lleno de odio y guerra. Después de ser dado de alta, huí a los Estados Unidos. Me dije a mí mismo que no quería nada que ver con Israel y que había terminado con mi identidad judía. Si oía a la gente hablar hebreo, caminaba en la dirección opuesta.
Con el tiempo, dirigí mi dolor, enojo e interrogantes a Dios. No fue la oración más cortés, pero Dios respondió por medio de la bondad de los creyentes que conocía y por medio del mensaje del Nuevo Testamento, que finalmente estaba dispuesto a leer. Así que aquí estoy hoy, con esperanza en Jesús y ofreciendo esa esperanza a otros que están luchando con la misma oscuridad y desesperación.
Ataque a la esperanza
Ha pasado un año desde que Hamas invadió Israel, asesinó a 1.200 israelíes y secuestró a 240 hombres, mujeres y niños. No es coincidencia hicieran esto durante el Sucot, la Fiesta de los Tabernáculos. Dios ordenó a nuestro pueblo que celebrara esta fiesta de una semana con gran alegría (Levítico 23:40; Deuteronomio 16:15). Como pueblo Judío debemos recordar y regocijarnos por la presencia de Dios y su provisión durante nuestras peregrinaciones en el desierto. Dios quiso que recordáramos nuestro pasado para ayudarnos a tener esperanza en Él para nuestro futuro.
Hamás aprovechó la oportunidad para interrumpir las celebraciones e infligir el máximo dolor y miedo. Fue un ataque a la mismísima esperanza de la promesa de Dios de estar con nosotros. Y como si eso no fuera suficiente, en medio de los horrores de la guerra en curso, los niveles de antisemitismo han alcanzado alturas impactantes en todo el mundo. Muchos de nuestro pueblo están cuestionando a Dios y lo que significa ser judío, de la misma manera que yo lo hice.
El amor de Dios reaviva la esperanza
Sin embargo, en el medio de la oscuridad y la duda, estoy viendo más gente judía buscando esperanza que la que he visto en toda mi vida. Durante los primeros tres meses de la guerra, recibimos más de 600 solicitudes de el Nuevo Testamento en hebreo gratis, que es casi el doble que lo habitual. Las solicitudes siguen llegando de muchos israelíes diferentes, incluyendo a Rinat.
Rinat es una de las muchas israelíes que se han sentido conmovidas por el continuo derramamiento de amor y apoyo de los cristianos desde el 7 de octubre. Ella estaba tan conmovida que comenzó a cuestionar sus suposiciones sobre Jesús. Rinat se emocionó cuando nuestra misionera Liz llamó para dar seguimiento a su petición del Nuevo Testamento. “Tal vez Yeshua [Jesús] es el Mesías,” dijo Rinat, “y simplemente no lo reconocimos.” Oren por ella y por los muchos otros que han sido movidos a leer el Nuevo Testamento.
La Palabra de Dios provee esperanza
Así que aquí estamos, un año después de los ataques del 7 de octubre, en un nuevo Sucot.* Esta misma fiesta que fue horriblemente interrumpida el año pasado (2023) todavía puede recordarnos la provisión y providencia de Dios en el desierto y Su promesa al Tabernáculo entre nosotros.
Cada Sucot, el pueblo judío lee de Zacarías 14, que profetiza una batalla con muchas naciones atacando a Jerusalén. En el pensamiento judío, Jerusalén no solo se refiere a una ubicación geográfica sino también al pueblo judío como un todo. La batalla que predice Zacarías causará un miedo y una desesperación sin precedentes. Pero entonces Dios intervendrá. En el momento más oscuro de la historia de Israel, “el Señor saldrá a luchar” (Zacarías 14:3). La victoria de Dios traerá la restauración y, finalmente, una paz duradera en el Medio Oriente. Y todas las naciones que una vez atacaron a Jerusalén volverán a adorar al Señor durante el Sucot (Zacarías 14:16).
No sé cómo Dios hará que todo esto suceda. Pero yo sé que la Palabra infalible de Dios promete que Él no ha terminado con el pueblo judío ni con ninguna de Sus creaciones. Les insto en esta estación a encontrar esperanza en el hecho de que Dios nunca ha dejado de trabajar en la oscuridad. Y en nombre de todos nosotros los judíos por Jesús, gracias por ayudarnos a ser mensajeros de esa esperanza.
*En 2024, Sucot comienza al atardecer del 16 de octubre.