La gratitud conduce a la esperanza
por Aaron Abramson, Director Ejecutivo y CEO | 07 de octubre 2024
“¿Qué te hace sentir agradecido?” Nuestros misioneros en la ciudad de Nueva York van a Washington Square Park cada semana, haciendo esta misma pregunta. Llevan una pizarra grande y marcadores, invitando a las personas a escribir sus respuestas. Muchos disfrutan la oportunidad de expresar gratitud por cualquier cosa, desde “Dios”, “familia” hasta “mi perro”, pero algunos están sufriendo en silencio y no pueden pensar en ninguna cosa que escribir. ¿Te identificas? Mientras nos acercamos al Día de Acción de Gracias aquí en Estados Unidos, celebrar será difícil para muchos Si afrontas esta temporada festiva con una sensación de pérdida o incertidumbre, te invito a encontrar esperanza a través del agradecimiento.
El desafío de ser agradecido
La vida está llena de problemas y decepciones. Como pueblo judío ciertamente hemos experimentado nuestra porción de dificultades a lo largo de la historia. Todos hemos enfrentado luchas, es lo que tenemos en común. Sabemos que debemos contar nuestras bendiciones, pero ¿con qué frecuencia nuestros pensamientos son cautivados por las noticias de guerras en el extranjero, sin mencionar la incertidumbre o incluso el miedo sobre los resultados políticos que afectan a nuestro propio país? ¿Qué sucede cuando tenemos que lidiar con un diagnóstico médico, una crisis familiar o una convulsión financiera? Es un desafío permanecer agradecido.
Para algunos de nosotros, ni siquiera hace falta una catástrofe mayor para desafiar nuestra gratitud. Algo tan pequeño como un comentario rudo o un chófer desconsiderado puede ahogar nuestra gratitud. Es natural enfocarse en todo lo que está mal a nuestro alrededor, o incluso dentro de nosotros. Pero Dios nos invita a ver que la verdadera gratitud no es dictada o tomada como rehén por situaciones y circunstancias. La verdadera gratitud está arraigada en Dios y su bondad ilimitada.
Así que la acción de gracias no es simplemente una acción; es estar conscientes de la bondad de Dios y su amor por nosotros. ¿Creemos que él es bueno? A veces creemos en nuestras mentes, pero eso no cambia como nos sentimos. No estoy sugiriendo que la gratitud significa cerrar los ojos al dolor o la adversidad, pero no tenemos que ser vencidos por estas cosas. Jesús dijo: “En el mundo tendrán aflicción; pero confíen, yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33). Pero, ¿cómo funciona eso?
La libertad de ser agradecido
Gracias a Jesús, somos libres para experimentar la bondad de Dios de una manera única. Ninguna prueba que podamos enfrentar es mayor que la victoria de el Salvador sobre el pecado y la muerte o la alegría de pasar la eternidad con Él. Cuando encontramos el evangelio por primera vez, es como si alguien abriera las persianas en un cuarto oscuro. El futuro, que se veía sumergido en tinieblas, de repente se vuelve brillante, esperanzador, y lleno de potencial. Recuerdas la primera vez que contemplaste la profundidad del amor que le tomó a Yeshua (Jesús) para poder redimirte? ¿Qué podría ser más liberador que la profunda sensación de gratitud que te inundó cuando te diste cuenta de cuánto le importas?
La acción de gracias no es simplemente una acción; es estar conscientes de la bondad de Dios y su amor por nosotros.
La elección de ser agradecido
En el libro de Filipenses, Pablo usa la palabra "regocijarse" 19 veces. A pesar de haber naufragado, sido encarcelado y dejado para morir, Pablo eligió regocijarse. Su elección nos anima a hacer lo mismo. Entonces, por si acaso, ¡nos dice que nos regocijemos de nuevo! Para hacer esto, debemos recordar quién es Dios y lo que ha hecho en nuestras vidas.
Una gran manera de elegir ser agradecido es cantar las Escrituras o leerlas en voz alta. El salmo 136, conocido como el gran hallel, se canta durante varias celebraciones judías, incluyendo la pascua. En hebreo, dice: “Hodu l'Adonai ki tov; Ki leolam chasdo,” que significa, “dar gracias al Señor, porque es bueno, para su bondad es eterna.” Este versículo es un poderoso recordatorio para dar gracias y regocijarse en la bondad de Dios, porque nuevamente, el verdadero agradecimiento no se basa en una vida que va excepcionalmente bien o en el éxito personal; más bien, está arraigado en la naturaleza de Dios y que ¡Él es bueno!
Sea lo que sea que estemos enfrentando, es importante preguntarnos en qué nos estamos enfocando. Siempre habrá malas noticias, algo desalentador. Pero ¿es ahí donde está nuestra atención? Este día de Acción de Gracias, apoyémonos en la bondad y el amor de Dios. Claro, cuenta sus bendiciones y sea agradecido por las cosas buenas en su vida eso es importante y saludable. Pero recuerda, la gratitud no en respuesta a una buena vida; es en respuesta a un buen Dios.
Y sí, Dios ha sido tan bueno dándonos amigos como tú, cuyas oraciones y apoyo nos permiten llegar al pueblo judío con el Evangelio. Más que nunca, mi pueblo necesita saber que a pesar de la oscuridad en este mundo, ¡hay esperanza! ¡Podemos confiar en aquel que ha vencido al mundo!